En tiempos actuales, el coaching es utilizado ampliamente para diferentes necesidades de las personas, marcando una nueva tendencia en la que su éxito está comprobado en el acompañamiento y el transitar del adulto mayor.

Muchos tenemos a nuestros padres o abuelos, que a medida que pasa el tiempo, se va viendo como comienzan a decaer física e intelectualmente al momento de dejar el mundo laboral y la actividad social, esto se debe principalmente a una mirada negativa de este periodo.

Sin embargo, esto se revierte cuando el adulto mayor se da cuenta que es una nueva etapa en la que sus años comienzan a brillar, ya que pueden ocupar su sabiduría y nueva energía transformándola en un nuevo comienzo lleno de posibilidades.

El proceso de coaching ayuda al adulto mayor a descubrir el potencial que existe en su interior, moviéndolo a explorar un camino de nuevos desafíos, logros y oportunidades de vivir una vida donde el protagonista es él o ella.

La experiencia vivida les da brillo a sus años, lo que les permite tener claridad no sólo de su camino, sino también del camino de las personas que lo rodean. Hacer sentir al adulto mayor como una persona que tiene mucho que aportar, que es funcional en muchos aspectos, que tiene mucho que enseñar y que su legado es importante, les permite visualizar que su vida aún tiene un camino que recorrer. Desde mi experiencia, he visto cómo las personas vuelven a encontrar el sentido de la vida, a validarse, a volver a amarse, renacer y volver a brillar, con una luz mucho más potente y sabia. El coaching es una mano amiga que lo toma con cariño y empatía guiándolos en el redescubrimiento de la felicidad que todo adulto mayor tiene derecho a vivir.