Coaching de liderazgo
Por Catherina Lecaros Carreño.
El coaching consiste en liberar el potencial de las personas para llevar su rendimiento al máximo, cada uno de nosotros esconde en su interior el potencial necesario para convertirse en su mejor versión. Cuando un líder adquiere estas habilidades, le permite a los miembros de su equipo de trabajo desarrollar la mejor versión de cada uno de ellos(as). Desde aquí se hace necesario replantearnos la importancia que tiene el líder en la manera que instruye y enseña a cada persona de su equipo, y comenzar a
acompañarlos como líder coach durante el camino de aprendizaje, dando aliento y guiando el camino para otorgarles la posibilidad de descubrir el talento que siempre estuvo dentro de ellos y no lograban ver, permitiéndoles crecer y alcanzar
las metas propuestas en un flujo expedito y en un camino agradable que recorrer.
Desde la perspectiva conductista existe una linda analogía de la bellota, la que dice que los brotes de roble que crecen a partir de bellotas en la naturaleza desarrollan rápidamente una finísima raíz central que se encarga de buscar agua. Puede alcanzar hasta un metro de profundidad, mientras que el brote quizá no supere ni los treinta centímetros. Cuando se cultivan con fines comerciales en
viveros, la raíz tiende a enrollarse en el fondo de la maceta y se rompe cuando el brote se trasplanta, por lo que su desarrollo se retrasa significativamente hasta
que crece otra.
No se protege la raíz el tiempo suficiente y la mayoría de los cultivadores ni siquiera saben de su existencia o finalidad.
Cuando el jardinero sabio trasplanta un brote, desenrosca cuidadosamente la frágil raíz, la sujeta por la punta y la entierra desenrollada en un hoyo largo y vertical, con la ayuda de una barra metálica. El breve tiempo invertido en este proceso al principio de la vida del árbol garantiza su supervivencia y permite que se desarrolle más rápidamente y que crezca más fuerte que sus compañeros de vivero. Los líderes empresariales sabios utilizan el coaching emulando al buen jardinero.