Considerar el coaching más allá de su enfoque individual y convertirlo en un instrumento eficaz de acompañamiento del rendimiento colectivo, es lo que da a esta disciplina un nuevo aire.
La práctica del coaching de equipo permite crear una dinámica colectiva, facilitar los cambios en las empresas e incluso transformar la cultura directiva en su conjunto.
La finalidad es acompañar el desarrollo del rendimiento colectivo de un equipo, de forma lógica y mesurada, para que el resultado operacional del conjunto supere ampliamente el potencial de la suma de sus partes.
A nivel práctico , para conseguir los objetivos, el coaching de equipo se centra principalmente en el desarrollo de las relaciones entre las tareas y las misiones de sus miembros considerando el entorno. El proceso acompaña en el descubrimiento, definición y optimización de sus procesos y modos operativos.
La filosofía a la base es que todos tienen algo importante que aportar, que todos podemos reconocer cuál podría ser el aporte del otro, con el objetivo de llegar a complementarse de una manera dinámica y fluida.
Nuestra premisa es: “Todas las personas tienen características únicas que ofrecer y desafíos que superar”.
La práctica del coaching de equipo permite crear una dinámica colectiva, facilitar los cambios en las empresas e incluso transformar la cultura directiva en su conjunto.