Ser un buen líder requiere el desarrollo de un pool de habilidades, por lo que el primer y más importante paso es el autoconocimiento que le permite identificar sus brechas para poder acortarlas o erradicarlas.

El proceso de coaching acompaña al líder a descubrir su mejor versión, impactando directamente en su actitud, empatía, forma de comunicar, motivar, delegar, etc. El líder logra descubrir el sentido y propósito de su rol, lo que le permite generar en su equipo de trabajo una cultura interdependiente, favoreciendo el desarrollo del equipo